This Boy...#151 (Tres caps.)
Ellos
irían a un bar, me invitaron, pero preferí irme a casa a ver películas con mi
madre en mi habitación, la que pronto volvería a ser la habitación para
huéspedes en casa de mis tíos y todo estaba tan nostálgico, tan frágil que
hasta ese momento claudiqué ante mi postura.
Me
senté al borde de la cama y comencé a llorar y mi madre preocupada apagó el
televisor y me abrazó preguntándome qué pasaba, yo no podía contestar porque al
fin sacaba en llanto el dolor de ambas partidas, el extrañar a Oliver, mi
escuela y ésas calles; los toquines, los viajes, las reuniones con
absolutamente todos y mi amor frustrado con Stuart. Mi madre fue por pañuelos,
continuó abrazándome, fue después por más almohadas y después me dejó a solas
para bajar y prepararme un té y un postre.
Al
volver decidí hablar con ella sobre mi dolor, sobre los sentimientos
encontrados que tenía y cómo me eran difíciles los cambios; la hice sentir
menos culpable sincerándome respecto a lo feliz que era al saber que ella había
cambiado para bien, verla radiantemente feliz, hacer las paces con mi padre y
estar al tanto de mí y ella comprendió mi pesar e intentó animarme por todos
los medios aunque hablara con franqueza sobre el curso de la vida. Me abrazó un
rato más y me quedé dormida.
Ya
era domingo y los chicos estaban preparando todo, papeles, pasaportes,
permisos, maletas, instrumentos, horarios y puntos de reunión; Ringo estaba con
ellos acompañándolos en el proceso que él y su banda ya habían terminado, los
guiaba al igual que al tal Allan que no me daba buena espina pero que ellos
insistían en que era mejor tenerlo a no tenerlo y John, especialmente parecía
apoyarse en él, yo les sugerí hace tiempo que no se confiaran mucho de él y
aprendieran a resolver su asuntos por sí mismos.
Mi
madre pasó el día ultimando detalles en compañía de mis tíos, Oliver estaba
conmigo y después fue a casa de John donde él le daría unos “regalos”, me quedé
sola en casa, dándome de golpes en la pared por odiosa y sentimental y fumé un
cigarrillo más cuando alguien tocó a la puerta, atendí un poco desganada,
encontrándome con un Stuart evidentemente afectado.
-Alison...
¿estás sola?- preguntó extrañado
-Sí
todos salieron, no sé qué demonios le daría John a mi primo. ¿Quieres pasar?
-Claro-
lo invité a mi cuarto y en silencio nos sentamos en mi cama.
-¿Qué
te trae por acá?
-Creo
que es obvio ¿no?- Me limité a mirarlo seriamente. –Alison a qué más podría
venir si no es a verte.
-Lo
siento.- me disculpé cabizbaja-¿Te ofrezco algo de tomar, de comer?
-No,
gracias. Sólo quiero estar contigo.
-Stuart...
-Regálame
sólo este día, por favor y evita la razón...
Yo
lo miré entristecida, me acerqué a él y me recargué en su hombro para que él me
abrazara y así lo hizo.
-Fue
una locura aceptar, pero tú parecías tan decidida a apoyarnos que eso me hizo
decidirme a hacerlo.
-¿De
verdad?
-Sí.-“Yo
y mi gran bocota” pensé –Pienso que si tú confiaste firmemente en esto es
porque crees en que algo bueno sucederá y yo confío en ti.
-Eso
me hace sentir mucho mejor Stu.
-Partiremos
entrando la madrugada, supongo que ya no habrá tiempo de despedidas formales.-
la sangré se me heló, suspiré con profundo dolor.
-Ésta
ya es una despedida decente- sonreí tranquila para mirarlo
-Gracias
por regalarme estas semanas llenas de tu amistad y tu buen gusto
-Gracias
también, es bueno haber hecho las paces aunque quizá te extrañaría menos al
sentirme librada de ti.- él comenzó a reírse y de fondo nos acompañaba Elvis
con “Can’t falling in love”.
-Yo
estaría pidiéndoles que no perdieran el tiempo escuchándote o despidiéndose de
ti, pues al final no estabas involucrada- ambos reímos más fuerte.
-Quizá
debió ser así la despedida, no estaríamos tan abatidos
-Supongo
que no...
-¿Y
ahora en qué piensas?
-En
ti. Alison, juro que esperaré con ansias nuestro regreso y lo primero que haré
será buscarte. Te prometo que lo haré. Si en algún momento pudiera viajar
aunque sea un día hasta acá o en Suiza o donde te encuentres lo haré, lo haré
con tal de verte y que no te quede duda que eres importante para mí.-Él parecía
decidido a cumplir su palabra y justo cuando mi pensamiento totalmente idílico,
romántico me abrazaba, cambió a uno más reflexivo y objetivo, y entonces
comenzó “Are you lonesome tonight?”. A pesar de ser esa un promesa de amor
indudablemente hermosa, un compromiso amoroso que sin duda aceptaría, pensé en
que aquello no sería justo para Stuart y que sería un verdadero martirio para
ambos y el amor no debía ser así (aunque normalmente lo fuera), no quería algo
así para nosotros; pronto me iría y ya no sabía a dónde, no podía hacerle esto
a Stuart, tenía que dejarlo ser, disfrutar Hamburgo, de los días, la música y
alguna compañía. Indudablemente me odiaría por ser yo misma quien frustrara ese
amor, pero tenía que hacer las cosas bien esta vez.
-Stuart,
no me lo tomes a mal y agradezco todo ese hermoso mensaje de amor que me has
regalado... pero me temo que no puedo aceptar que hagas algo así.
-Pero...
-Sé
libre. Por mí haz esto que te pido, te suplico que no te aferres ni un segundo
a mí, no me pienses y si lo haces ocúpate en algo, conoce gente... enamórate.
Enamórate otra vez y procura que no sea de mí.
-Alison
no creo que yo...
-Sí
podrás y lo harás y seré feliz si eso sucede. Nada de culpas, mucho menos
resentimientos, te respeto y especialmente te valoro, por ende no te ato a mí.-
él me miraba desconcertado y quizá un tanto herido y al fin hasta ese momento
vi a Stuart llorar y me odié por eso, siempre lo haría.
“Love
me tender” llenaba aquel silencio, la canción favorita de Stuart quien ahora
tenía seguramente el corazón roto.
-¿Por
qué...?
-Stuart,
no te estoy rechazando.
-Entonces
no entiendo.
-Te
estoy demostrando aquello de lo que dudas ahora mismo.
-Sé
que no te haré cambiar de opinión
-No-
dije casi murmurando.
-Seremos
amigos ¿verdad?
-Siempre
y cuando tú lo desees
-Lo
deseo- asentimos y se levantó de la cama, limpió su rostro y caminamos hasta la
salida y antes de abrir...-¿Al menos me has querido?- preguntó yo lo miré con
ternura, curvé un poco mis labios y me acerqué a él.
-Stuart-
dije casi a manera de ironía, muriendo por dentro sabiendo que si lo decía lo
empeoraría, pero si lo demostraba podía reponer un poco aquel corazón que tan
roto dejé, sin que él mismo supiera que el mío se encontraba igual. Entonces
acaricié su rostro y el cerró los ojos ante la calidez de mis manos, peiné su
cabello y sintiendo que el mundo se terminaba, lo besé. Y el encuentro de mis
labios con los suyos lo hicieron llorar una vez más; me tomó de la cintura
acercándome a él para después rodearme con sus brazos y sus lágrimas llegaban a
nuestros labios en una fortuna de beso agridulce, con latidos casi moribundos y
una pasión desbordada con aquel tronar de nuestros labios que evocaban la
victoria. E hicimos eterno ese primer y único beso, saboreándonos, deseándonos
y diciéndonos “adiós”; nos abrazamos aún con los ojos cerrados, suspiramos y al
mirarnos de nuevo lo pronunciamos: Adiós. Salió, victorioso y abatido. Me
quedé, mártir y complacida.
La
noche la describiré como la más difícil, pude dormir hasta dadas las cuatro y
entre mis sueños escuché como si alguien estuviese rondando fuera de la casa,
pero estaba tan agotada que preferí dormir, no tenía interés en nada más que no
fuera conciliar un buen sueño. Fue hasta la mañana siguiente, que al despertar
y al decidirme por fin salir de la cama, que al abrir la ventana y mirando
hacia la calle con detenimiento para pensar una despedida y mirar hacia abajo en el marco de ésta,
encontré envueltos en un pañuelo, la carta y el anillo que pertenecían a
Stuart, aquella herencia que tanto había cuidado con recelo y supe que en
efecto habían rondado por la noche. Finalmente se despidió tal y como él
quería...
Aquí termina "This Boy" y la siguiente parte será muy breve, será la recta final, constará de "cartas" que enviarán los chicos a los primos Brand, así que será aún más emotivo (a ver si con eso logro cautivarlas u.u) jajaja.
Es en serio que estoy bien pinches llorosa después de éste capitulo... I fucking hate you but I love you.
ResponderEliminar