Please Mr. Postman... #156
Hamburgo,
Alemania. Abril de 1961.
Estimados y
siempre recordados Alison y Oliver:
No
describiré Hamburgo ni los bares porque para estas alturas ya deben conocerlos
casi como la palma de su mano de tanta mención que han hecho los demás sobre
esos temas.
Me disculpo
inmensamente por no haber escrito antes, las cosas estaban difíciles y en
tiempo ni se diga, además siempre terminábamos envueltos en algún lío que nos
hacía dormir lejos del cuchitril donde vivimos o simplemente nos ocultamos las
horas hasta que los tipos que rondaban cerca del cine se fueran; era cuestión
de cálculo del tiempo más que de certeza. Winston ha desarrollado una extraña
manía por meterse en líos o provocarlos cuando estamos por culminar una
presentación, por el lugar vuelan sillas, mesas, cervezas, hasta zapatos y él
muere de risa; si alguien nos insulta se altera, siempre estalla a la mínima
provocación, como dije nos han seguido y otras veces hemos tenido que recurrir
a los golpes, hemos estado cerca de no contarla y todo por sus estupideces. De
seguir así terminaré muerto.
Disculpen lo
drástico pero se ha vuelto loco, salvo aquella ocasión en que Michelle vino y
fuimos todos a París y visitamos cierta playa francesa, parece necesitar de una
mujer y el sexo el cabeza dura de John. Por cierto ese viaje fue decente y muy
bonito, jamás creímos visitar Francia, la cuna de nuestra Bardot querida...
¿recuerdas Oliver, nuestras noches de películas “Bardot”? no ahondaré para no
avergonzarte frente a Alison. Les diré algo sobre Paul: es un lujurioso al
mismo nivel de Lennon, en serio. La cosa comenzó cuando una vez hablando con
Sofía, ésta le dijo que estaba muy cambiado y él dijo no entender nada al
respecto, discutieron y ella lo terminó. Desde entonces no contesta sus cartas
ni llamadas y él tan estúpido y orgulloso tomó eso como un reto para tirar con
todas las chicas; ha sido rechazado y si el rechazo no le basta se alcoholiza
hasta vomitar y terminar llorando por Sofía, se hace el desentendido al día
siguiente y al tercero repite la fórmula... bueno seré justo, tiene meses de ya
no hacerlo, pero jura y perjura que no se volverá a enamorar. Harrison por su
parte se ha vuelto más observador, reflexivo y apasionado por la música, de
igual manera es muy coqueto pero le ha interesado involucrarse más con los
chicos alemanes que conocimos y seguir aprendiendo de ellos, ya saben, siempre
quiere saber el porqué de todas las cosas.
Yo al fin
entré a la escuela de Arte de Hamburgo, Klaus y Jürgen, los chicos alemanes me
han ayudado con el idioma y me han presentado con los maestros y compañeros,
pasamos mucho tiempo juntos. Me está yendo bastante bien, he encontrado un
lugar donde pasar las tardes, es cálido, artístico y romántico... creo que al
fin se me ha dado una segunda oportunidad en algo que no creí reencontrar. Los
toquines no son para mí, John y yo hemos discutido mucho últimamente, ya les
contaremos cómo terminan las cosas.
En cuanto a
ustedes... me quedo sin palabras, los recuerdo con bastante aprecio; Oliver has
sido una persona esencial para forjar mi carácter, te considero un amigo del
alma, no sabes cuánto, ojalá puedas venir, encontraría un lugar decente para ti
y al fin tener una de esas extensas charlas que tanto nos gustaban tener.
Alison, disculpa si no te he dedicado algunas palabras, pero te he escrito una
carta aparte donde te cuento algo que debes saber, además sería una excusa para
que escribieras algo sólo para mí.
Mucho éxito
y esperemos que suceda pronto una reunión, amigos.
Los aprecia
y les recuerda: Stuart.
Hamburgo,
Alemania. Abril de 1961.
Dulce y
siempre estimada Alison.
Hola, ¿Cómo
estás ahora que tu vida mejoró? ¿Sigues en la música o tomarás una especialidad
en la Universidad? Es raro escribirte después de tanto tiempo, no lo tomes a
mal, no es que no haya querido, es que además de no tener la oportunidad, no me
encontraba en las mejores condiciones de escribir una carta donde te contara
algo sin mencionar cosas que te involucraban románticamente. Necesito contarte
que los primeros días lejos de ti, después de aquel beso nuestro, fueron la
peor tortura, necesitaba de ti, te pensaba y optaba por alcoholizarme para
conciliar el sueño hasta que tomé consciencia de lo estúpido y cobarde que era
aquello pero me oponía a tu petición, no quería olvidarte, no quería dejar de
amarte... y no es que haya logrado sacarte de mi vida, pero debes saber,
querida Alison, que desde hace unos meses tus deseos han sido órdenes, órdenes
que se han acatado al fin.
He conocido
a una chica y de algún modo tú ya sabías de ella. Se llama Astrid Kirchherr, es
nuestra amiga alemana, fotógrafa y existencialista, adoradora de Juliette Greco;
ella estaba fascinada con nosotros como banda y fue quien invitó a sus amigos a
vernos tocar y pronto se volvieron fieles seguidores, mis ojos se posaron de
inmediato en ella porque se diferenciaba del resto de la gente en ese lugar,
hice lo imposible por hablar de algún modo con ella. Tiene cosas que me
recuerdan a ti, dentro de las cosas que le gustan claro y el amor por la ropa
oscura. No te digo esto para fastidiarte, sólo quiero que sepas que aunque
siempre estarás en mi vida, he encontrado a alguien, he seguido con mi vida tal
como querías y que si las cosas me están yendo bien son nuevamente gracias a
ti, que me impulsaste desde el más profundo dolor porque sabías que no podía
ser y te admiro por ello, no sabes cuánto.
Espero que
con esto el aprecio, cual sea que tengas por mí, no cambie o se pierda, lo
deseo con el corazón.
Te envío
además un dibujo del lugar más bonito de Hamburgo, lo amarías si lo vieras
personalmente y también sería tu favorito, iríamos todas las tardes, estoy
seguro y de haber sido distinta nuestra suerte y estuvieras aquí conmigo, te
habría propuesto matrimonio (no te asustes ni te enojes).
Hay alguien
ahora en mi vida y Hamburgo me gusta mucho, no sé cuántas sean las
posibilidades de que regrese a Inglaterra, pese a eso, será increíble volver a
verlos. Nunca me dijiste “te quiero” o “te amo” y no sabré si alguna vez esos
sentimientos hacia mi persona llegaron a ti, pero tengo la certeza, que hemos
marcado una huella imborrable el uno sobre el otro.
Por eso y
más. Gracias.
Con todo el
amor de mi alma: Stuart.
P.D. Ojalá
conserves siempre aquel regalo que te hice antes de partir.
Mmmta puta madre
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