This Boy...#146


Pronto se anunciaría a los ganadores y esperaba que saliéramos victoriosos en al menos una categoría...

Y al final, tal y como lo esperábamos ganamos  en la categoría de los disfraces, pasamos por nuestras estatuillas y me dieron además un pequeño ramo de flores, a Stuart le dieron un Habano muy costoso y tuvimos que hacer un último baile por el triunfo, la pieza: Dreaming.
Todos hicieron un círculo y bailamos en el centro de éste, las luces tenues nos acompañaban y nos mirábamos sonrientes y de pronto mientras lo miraba, una luz cuyos patrones giratorios ofrecían rayos, me hicieron tener un momento de redescubrimiento; observaba a Stuart y estos dichosos rayos alumbraron casi deliberadamente, poco a poco su rostro, comenzando por su frente, bajando por sus ojos, su nariz y sus labios y me pareció un momento en slow cam, donde recorrí casi en un plano detalle su facciones que a plena consciencia descubrí que eran hermosas, finas; hipnotizada por aquel momento y su aroma caí en cuenta, casi de golpe, sobre aquel “no pierdas más el tiempo” que había escuchado antes de salir de casa y muchas imágenes de George y John pasaron por mi mente y mientras todos aplaudían al finalizar la pieza y yo medio respondía y medio pensaba, evocaba mis discusiones con éste hombre de facciones perfectas. Y repasé sus gustos, nuestros recientes encuentros, charlas, pasiones, paciencia y cortesía... ahí estaba, todo ese tiempo estuvo ahí, frente a mí y ahora me encontraba en shock.
Stuart y yo caminamos hasta nuestra mesa para recoger mi bolso, mi suéter y su abrigo, me puse la bufanda y todos comenzaban a salir, yo aún me sentía un poco extraña por aquel momento y estaba impresionada.
-Chicos- decía una señora de edad avanzada caminando hasta nosotros-quiero felicitarlos de nueva cuenta, desde que los vi supe que ganarían, Gary y Clara son grandes ídolos, además el verlos bailando e intercambiar sonrisas y toda esa química... me recordaron aquellos tiempos jóvenes al lado de mi esposo. A leguas uno puede notar una relación estable y duradera, sigan así.- Stuart y yo nos miramos con cierta complicidad para no reírnos.
-Muchas gracias Señora...
-Leila.
-Señora Leila, pase bonita noche.- contesté serena y cuando no estaba cerca Stuart y yo nos reímos. Al estar ya por subir a su auto otro señor, también de edad avanzada nos halagó y felicitó y, entonces, de nueva cuenta...
-Hacen una hermosa pareja y cosas así ya no se ven mucho hoy en día, qué bueno que a uno le recuerden las maravillas del amor y la ilusión de la juventud. No es por persuadirlos... pero harán un lindo matrimonio si se lo proponen- dijo el señor riendo y nosotros también, aunque aquellas ocurrencias eran divertidas, no podía dejar de pensar que tales insinuaciones no ayudaban mucho a mi confusa y cohibida situación, aunque Stuart parecía tomarlo de buena manera.
Stuart subió a su auto y encendió la calefacción...
Pasamos a cargar combustible y mientras esperábamos Stuart hizo sus debidos comentarios respecto a las palabras que nos dedicaron los dos ancianos nostálgicos.
-Al parecer todo indica que estás condenada a ser mi prometida- dijo riendo
-Es una locura ¿Por qué pensarían eso?
-La química, dijeron- contestó divertido
-Es raro que la gente nos perciba como si nos conociésemos de hace mucho tiempo y lleváramos una relación estable.-dije riendo
-No es la primera vez que alguien me dice que nos vemos bien juntos...
-Qué rarezas, por Dios-dije cubriendo mi rostro con mis manos ya que hablar de ese tema con Stuart me hacía sentir demasiado extraña justo en ese momento. Él quitó mis manos de mi rostro y antes de que dijera nada, alguien golpeó mi ventanilla causándonos sobresaltos, al voltear vimos a Lennon riendo estúpidamente; bajé el cristal y podía escucharse el rugir de aquella moto en la que estaba montado.
-¿De dónde demonios sacaste eso?- le pregunté extrañada y el rió fuerte
-Me la prestaron, es linda ¿no?, acabo de dejar a Michelle en su casa. ¿Por qué están vestidos como abuelos?- Stuart resopló y bajó del auto para estar frente a Lennon y ver mejor aquella motocicleta.
-Fuimos a un baile con motivo de estas décadas...-le decía mientras yo bajé para ir al baño.
-Luce encantadora ¿no es así?
-Increíblemente- dijo Stuart casi suspirando
-¿Ya se lo dirás?
-No
-¿Por qué?
-Ya te di mis motivos...
-Stuart, mierda... ¡Mírala! Dime que no se ve hermosa, júrame por tu vida que no deseas decírselo y besarla esta noche- exclamaba un Lennon al borde de la desesperación.
-¿Por qué insistes tanto con esto?
-Porque la amas. Creo que ganas más de lo que podrías perder si se lo dices.
-Eso es lo que tú crees, ya te dije, no me arriesgaré.
-Stucliffe, no puedes tomar lo ocurrido entre nosotros o con Harrison como una experiencia o lección, tú eres distinto, eres más prudente y centrado y lo has demostrado en todo este tiempo. Inténtalo, siquiera dar un pequeño paso. No te perdonarías no hacer nada al respecto sabiendo que no le queda mucho tiempo aquí.- Lennon era bastante animoso con Stuart y él pareció reaccionar ante lo último escuchado. Caminé de vuelta al auto y ambos me miraron, Lennon palmeó el hombro de Stuart y después se despidió de mí para en seguida poner en marcha esa moto y conducirla a alta velocidad. Stuart pagó y me llevó a mi casa...

Comentarios

Publicar un comentario