This Boy...#147


El camino fue extrañamente silencioso y él parecía abstraído en algo que no lo dejaba en paz y yo de vez en vez, lo miraba de reojo y otras tantas realmente giraba mi rostro para verlo y no podía creer cuanto había cambiado mi percepción en un segundo. Ahora lo miraba de una manera romántica, su cabello ondulado ya no estaba tan bien peinado por el baile y eso lo hacía verse más atractivo, aunado a su gesto serio; cerré los ojos, suspiré derrotada y dejé caer mi cabeza hacia un costado topando con la ventanilla, experimente un extraño deseo por el llanto, porque no podía ser.
-¿Qué pasa?- preguntó al notarme incómoda
-Creo que es el cansancio.
-¿Estás segura?- lo miré casi muriendo por la situación. No, no estaba segura porque no se trataba de eso, me sentía derrotada por la inevitable atracción que sentía hacia él por el sencillo hecho, de que Stuart tenía total y absolutamente todo lo que en un chico yo buscaba y hasta ese momento fui consciente de ello.
-Segura- dije un poco triste. Pensaba en John y George y la manera en que había confundido las cosas, lo distraída que estaba y me odiaba porque hasta este punto de mi vida, notaba las maravillosas cualidades de Stuart... pero pronto me iría y para aumentar la incertidumbre, no sabía cuándo.
Llegamos a casa, Stuart apagó el auto, nos miramos y sonreímos a medias porque ambos atendíamos nuestras preocupaciones; bajamos y nos despedimos.
-Gracias por esta hermosa, hermosa noche- sonreí complacida y honesta
-No es nada. Gracias por aceptar la invitación, es momento de que descanses.
-Hasta luego Stu.- ambos nos acercamos lentamente para besarnos en la mejilla, él me miraba indeciso y yo llena de pena por gustar de él cuando no quería gustar de nadie, menos si se trataba del chico ideal que por tanto tiempo ignoré. Él me detuvo y yo me extrañé.
-Alison... ¿Qué pasa? De pronto estás... extraña- decía preocupado y buscando mi mirada
-No es nada, de verdad.
-Alison...- él tomaba mis hombros ahora y deslizó delicadamente sus manos hasta las mías, parecía angustiado, indeciso.
-Disculpa si te incomodo- agregué con una sonrisa tímida.
-No me incomodas- me regaló una sonrisa similar
-Bien... buenas noches
-Adiós- dijo casi en un susurro. Me giré lentamente, sufriendo por dentro y caminando con la mente en las nubes hasta mi casa y estando frente a la puerta, sentí la mano de Stuart tomar la mía haciéndome girarme hacia él; lo miré desconcertada y preocupada porque parecía vivir un infierno interno como el mío y no tenía idea del porqué.
-¿Pasa algo?- pregunté confundida...
-Te amo- Declaró. Confesó hiperventilando, más pálido por el miedo que aquella hazaña de honestidad le causaba y su rostro sufría y yo me congelé. Nos quedamos estáticos por un instante, en completo silencio, mirándonos y él al no ver respuesta alguna de mi parte bajó la mirada, la cual regresó de nuevo hacia mí al notar que llevé mi mano hacia mi rostro, entonces me descubrió inhibiendo el llanto, pero mis lágrimas escaparon corriendo veloces sobre mis mejillas.
-Stuart...- murmuré y me arrojé hacia él con un abrazo fuerte y él me rodearía pronto con sus manos, hundiría su rostro en mi cabello y yo seguía llorando. -¿Por qué?- pregunté dolida
-No lo sé Alison, no lo sé. Perdóname, me prometí a mí mismo no incomodarte jamás, no estallar de pronto y confesarte lo que he callado por mucho, mucho tiempo, más del que imaginas. Pero Alison, te amo, siempre ha sido así, bajo aquel mal carácter, detrás de esos insultos cobardes y confrontaciones inmaduras; frente a mi nuevo rostro, nuestra creciente amistad, mi ya vencida voluntad... por encima de todo Alison, te amo.- él aún me abrazaba fuertemente
-¿Por qué me haces esto Stuart? ¿Por qué hasta ahora?- él se alejó de mí
-Porque antes tenía miedo y tú muchos prejuicios, si pudiera cambiar las cosas créeme que lo haría, no habría esperado hasta ahora para esto.-decía triste. Yo miré el suelo hundida en una terrible tristeza porque lo quería, me gustaba demasiado y me percaté de que había ignorado ese sentimiento por un largo tiempo y ahora nos sucedía esto. Lo tomé de la mano y lo hice caminar hacia el patio trasero, no quería que nadie nos viera, nos quedamos en un espacio donde tenues luces nos ayudaban a vernos. Sin decir nada volví a abrazarlo, empapándome de su aroma y él hacía lo mismo conmigo y nos quedamos así por varios minutos; dejé de llorar y ahora pude mirarlo con más calma, él acarició mi rostro y besó mi frente.
-Será mejor que te deje descansar- decía tranquilo
-Dime que estarás bien
-Ahora estoy mucho mejor, no tengo un secreto enorme con el cual continuar.- Nos sentamos y platicamos cerca de una hora, él me explicó todo lo que le explicó antes a Sofía y yo por cortesía le comenté porqué de pronto enmudecí.
-Me odio por siempre llorar- cubrí mi rostro un segundo con mis manos y comencé a reírme.
-Si yo hubiese podido también lo habría hecho Alison- siguió mis risas
-Ya es algo tarde y aún debes conducir
-Lo sé...- él se levantó, nos miramos y nos abrazamos de nuevo, le dediqué una caricia y besé tiernamente su mejilla, él beso mi frente y después la palma de mi mano.-Buenas noches, bonita.
-Descansa Stu.- Salió de mi patio, entré a mi casa y después de horas intentándolo al fin pude dormir, al día siguiente vería a mi madre...

Comentarios

Publicar un comentario